Desde el año 2018, iniciamos un proyecto de colaboración con la productora audiovisual De La Raíz Films. Los cineastas agrupados en esta iniciativa se han especializado en la realización de cine sobre ciencia, medioambiente y fauna.
Buena parte del Fondo fílmico del Instituto de Cinematografía de la Universidad conservado (ICUR) en el AGU, está constituido por películas científicas realizadas entre las décadas de 1950 y 1970. En ese marco, el diálogo entre la cinematografía científica contemporánea e histórica constituía un objeto de interés en sí mismo tanto para De La Raíz, como para el Laboratorio de Preservación Audiovisual del AGU.
En la medida en que el archivo de De La Raíz está constituido por imágenes nativas digitales, requería de una tecnología específica para poder respaldarse y la realización de dicha tarea se instrumentó a través del sistema de preservación digital en LTO utilizado para el conjunto de archivos audiovisuales procesados por el LAPA-AGU.
Por otra parte, el procesamiento de estos archivos permite que, si existen imágenes científicas que puedan ser utilizadas como fuente o dato de investigaciones o actividades docentes, las mismas sean autorizadas para estos fines.
Así, la producción de cine científico, la preservación digital de los archivos audiovisuales y sus posibilidades de acceso para finalidades de investigación y docencia han buscado combinarse a través de la presente iniciativa.
Se trata de un trabajo en proceso, que ha implicado una importante labor de procesamiento de datos. A los efectos de dar a conocer la iniciativa y sus potencialidades los invitamos a observar hoy de forma comparativa la primera filmación de una cópula de escorpiones realizada en 1959 por Plácido Añón en el ICUR y otra realizada de De La Raíz Films en 2015 en el marco de un documental sobre arácnidos para el Instituto Clemente Estable.
En el primer caso, se trató de uno de los primeros registros de las actividades reproductivas de esta especie realizados en el mundo. Aún no se conocían métodos para poder filmar en la oscuridad y tras diversas experimentaciones, Añón colocó escorpiones detrás de unas cubetas llenas de tartrazina, por ser un líquido que absorbe la parte azul del espectro luminoso, en cuya presencia estos animales retraen su actividad. Según los testimonios de época, Añón filmó durante 36 horas para lograr un registro de su actividad reproductiva.
El segundo film se realizó en un terrario de tamaño mediano, con tierra y rocas, iluminado solo con luz negra, que permite ver y filmar, pero no molesta a los animales, y a la vez permite que el cuerpo negro de los escorpiones brille. La filmación duró poco menos de media hora, lo que dura el cortejo y cópula, pero hubo que esperar varias horas antes de que comenzara la actividad entre macho y hembra.
La puesta en relación de ambas filmaciones nos permite repensar los diálogos entre la historia de la ciencia y sus representaciones cinematográficas; el papel de estos registros como fuente de observación y como documentos que testimonian la transformación de las prácticas científicas a lo largo de la historia. Por otra parte, la presencia de múltiples generaciones abocadas a la cinematografía científica en Uruguay abre interrogantes acerca de cuáles son las posibles herencias o tradiciones en esta materia.
Las tareas iniciadas en colaboración entre LAPA y De La Raíz apuntan a aportar con esta multiplicidad de sentidos.
Ver «Comportamiento sexual y reproductivo de Bothriurus bonariensis» (Añón, 1959)
Ver «Registro de la actividad reproductiva de los escorpiones» (De La Raíz, 2015)