Autor: Christian Font
Transcurre Febrero de 2021. La emergencia sanitaria declarada en Uruguay y en el resto del Mundo generó el decreto de suspensión de las tradicionales actividades de Carnaval. Un fenómeno de comunicación y participación con más de un siglo de historia y adaptándose a los eventos de distintas épocas. La comunidad de artistas y el público buscan hacerlo presente a través de escenarios virtuales y de un repaso por el archivo audiovisual. Sin embargo, los registros relativamente recientes de la ejecución de un repertorio carnavales tienen como común denominador la transmisión televisiva de un concurso de agrupaciones y un mismo escenario: el clásico Teatro de Verano “Ramón Collazo”. También de envíos televisivos que han mostrado algo más de esa trastienda carnavalera, buscando retratar el universo de cada conjunto en su paso por los barrios montevideanos. No hay “carnaval” como tal pero vemos carnaval. En las redes o en medios de comunicación o en alguna esporádica presentación con protocolo sanitario y aforo restringido. Pero sí, aunque parezca que no, en 2021 vimos carnaval. Quizá como nunca y con una sensación diferente.
El Laboratorio de Preservación Audiovisual, funcionando en la órbita del Archivo General de la Universidad de la República, dispone de una serie de registros fílmicos de tiempos pretéritos y formato analógico que han sido recuperados y restaurados allí. En su canal de Youtube podrá verse uno de los desfiles y corsos que son parte de la tradición carnavalera en Desfile para niños, (De Álava, Haro) retratando la festividad del Día de Reyes del año 1956. O Carnaval en Montevideo (Gascue, 1957) donde las imágenes van contando la historia de un niño buscando su lugar entre las improvisadas cuerdas de tambores y baterías de murga.
Si hablamos de archivo en Uruguay siempre corresponde mencionar al musicólogo e investigador Lauro Ayestarán, recogiendo el sonido de las expresiones populares y, en el caso de Llamadas (Ayestarán, Handler, Castro) de 1966”, uniendo el sonido del candombe a la cámara de Mario Handler, metida adentro mismo del paso de las comparsas en Barrio Sur y Palermo (o Cuareim y Ansina, al referirnos a los toques característicos de cada barrio). En este como en los casos anteriormente mencionados cabe agregar que de no mediar la buena voluntad de particulares que cuidaron y preservaron el material en su formato original, no hubiera sido posible
disponer de estos documentos.
Más acá en el tiempo hay un mojón vinculado a la televisión abierta de comienzos de la década de los 90’. Se trata de tres programas especiales dirigidos primero por Esteban Schroeder y luego por Guillermo Peluffo realizados por el equipo del CEMA (Centro de Medios Audiovisuales) y emitidos por Canal 10 en 1991 y 1992. El músico y comunicador Gonzalo Moreira ofició de conductor y entrevistador y todo el despliegue plástico y musical de la fiesta y sus conjuntos por primera vez tuvo un registro a la altura del desafío y de la historia. Nunca antes, además, más allá de la
cobertura puntual de una noche de fallos o de un ensayo, el carnaval había tenido tanto tiempo de aire y en horario central. El Laboratorio también tiene en su canal una versión de calidad óptima que además refleja un carnaval de hace treinta años atrás en los que había más tablados, los espectáculos aún no mostraban una veta conceptual y aún estaba lejos la posibilidad de transmitir las instancias del Concurso Oficial en vivo y en directo.
2021, el carnaval que no fue fiesta pero el año en que conocimos otro carnaval, nunca antes visto.