Revista Causa. 1983.

Semana del estudiante de 1983: a 39 años de la marcha estudiantil

El 25 de setiembre es el aniversario de una marcha que fue clave en la historia del movimiento estudiantil, organizada por la Asociación Social y Cultural de Estudiantes de la Enseñanza Pública (ASCEEP) como cierre de la Semana del Estudiante de 1983; luego de 10 años de dictadura y de intervención de la Udelar.

La ASCEEP era una organización con poco tiempo de vida, impulsada por estudiantes -principalmente de la Facultad de Derecho- que aprovecharon un decreto de la dictadura que permitía la legalidad de este tipo de agrupación. En poco tiempo se convirtió en la principal catalizadora del movimiento estudiantil, ya que el organismo gremial histórico (la FEUU) se encontraba ilegalizada y funcionando de forma clandestina. Es así que la ASCEEP ocupó ese espacio y ganó mucha popularidad y adeptos entre estudiantes universitarios y secundarios en un muy corto plazo. En 1983, sus integrantes en conjunto con la Coordinadora de Revistas estudiantiles organizaron la Semana del Estudiante, que presentaron a las autoridades como una actividad preparatoria del Año Internacional de la Juventud, fijado por las Naciones Unidas para 1985. Con esta excusa se consiguió la aprobación de las actividades y de la marcha de cierre de la semana: “Inicialmente presentamos la marcha como una especie de festejo por la primavera porque no era fácil pasar el filtro policial. Tuvimos una reunión con el inspector de policía de la época y le pintamos la marcha con carros alegóricos porque queríamos disfrazar lo que nosotros queríamos hacer, que era una marcha reivindicativa” expresó Gonzalo Tancredi.

Asimismo, en 1983 se cumplían dos aniversarios significativos para la Udelar: 25 años de la aprobación de la Ley Orgánica y 10 años de la intervención. Ambos fueron recordados en las propuestas de esos días. Luego de una semana de actividades culturales y de intercambio muy variadas, como espectáculos de murgas universitarias, conciertos de artistas nacionales, debates sobre problemáticas relativas a los estudiantes con participación de docentes y profesionales y jornadas de discusión sobre el quehacer universitario, la actividad cerraría con una marcha y posterior concentración.

La marcha del 25 de setiembre superó todas las expectativas de participación de sus organizadores y se constituyó como un hito de la reapertura democrática de nuestro país. Después de años de silencio, miles de personas se reunieron para manifestarse y caminaron desde la explanada de la Udelar hasta el estadio Luis Franzini. Durante el recorrido se corearon consignas antigubernamentales, a favor de la libertad y autonomía de la Universidad como “Obreros y estudiantes, unidos y adelante”, “Y Lucha, lucha, lucha, no dejes de luchar, por un gobierno obrero y popular”, “El pueblo unido jamás será vencido”, “Liberar, liberar a los presos por luchar”. La pancarta que lideraba la marcha leía “Derecho Presente. Libertad, Trabajo, Salario, Amnistía, Autonomía, Cogobierno, Enseñanza Democrática” y a lo largo de la concentración se encontraban textos como “Autonomía y Cogobierno”, “Legalización de la FEUU”, “Libertad y Amnistía”, “La Causa de los Pueblos No admite la Menor Demora” y “Libertad para los Estudiantes Detenidos”.

En el estadio, leyeron un manifiesto que se hizo público en el mismo momento y que expresaba una fuerte oposición a la dictadura, con declaraciones como “no somos la generación del silencio, quisieron que fuéramos la generación del silencio, pero como siempre, los autoritarismos fracasan”, parte del Manifiesto por una Enseñanza Democrática, que se encuentra en el Archivo de la Generación 83, AGU. La proclama fue acompañada de un caceroleo y un apagón.

Esta marcha fue un momento de quiebre: por una parte, representó un punto álgido de un proceso de movilización que se venía gestando en los meses anteriores en los que se veía un crecimiento en el número de eventos de protesta estudiantil. Por otro lado, luego de la Semana del estudiante se logró instalar una discusión y un diálogo en torno a las demandas de los estudiantes e incluso sobre la asociación que los agrupaba, que gana espacio en la prensa de forma muy notoria y logra integrarse a espacios de debate con las élites políticas. Sobre estos dos aspectos se puede leer en profundidad en el libro El Río y las Olas: Cuatro ciclos de protesta estudiantil en Uruguay, que es el resultado de una investigación coordinada por Gabriela González y Vania Markarian, con la participación de Cecilia Lacruz, Camille Gapenne y Paolo Venosa, en el marco del Grupo Archivos para la Historia Intelectual financiado por CSIC.
Este año tan significativo dio lugar a la creación de lo que conocemos como la Generación del 83, conformada por aquellos estudiantes universitarios y de educación media que se acercaron a la vida política y gremial a través de las convocatorias del año 1983. El AGU tiene en su acervo documentos y fuentes primarias donadas por miembros de esta generación. En la colección se incluyen publicaciones estudiantiles, convocatorias, actas, fotografías y más materiales de los años 1973 a 1986.

Bibliografía:

González, Gabriela y Markarian, Vania (Coord.). 2021. El río y las olas. Cuatro ciclos de protesta estudiantil en Uruguay: 1958 1968 1983 1996. Disponible en agu.udelar.edu.uy/wp-content/uploads/sites/31/2021/11/El-rio-y-las-olas_WEB.pdf 

González, Gabriela. La Generación 83. Historias Universitarias: historiasuniversitarias.edu.uy/colectivos/generacion-83