Según datos publicados en 2019, las mujeres representan hoy en día más de la mitad del cuerpo estudiantil de la Udelar, con un 63% sobre un 37% de varones en las generaciones de ingreso. Si bien el número de mujeres en la institución ha ido creciendo sostenidamente, todavía hay espacios a los que es difícil acceder; sobre todo los cargos de decisión o los grados más altos. Para verlo más claramente podemos recurrir a los números publicados en 2017 por la Udelar, donde se registra que las mujeres representan el 54.9% de los puestos de Grado 1 pero solamente el 32.3% de los Grado 5.
Históricamente, las mujeres han tenido que conquistar espacios que estaban reservados para los varones y la Udelar no es una excepción. En el Día Internacional de la Mujer queremos destacar las trayectorias de algunas pioneras en el mundo universitario, que abrieron las puertas para muchas y comenzaron en el ámbito de la Udelar un camino que los movimientos feministas siguen recorriendo hasta la actualidad.
Primeras mujeres en la Udelar
En el año 1900 una joven Paulina Luisi comenzó sus estudios en la Facultad de Medicina, siendo así la primera mujer en ingresar a la Udelar y también la primera en graduarse, ocho años más tarde, con el título de médica. Luego de su egreso, se especializó en ginecología, dermatología y enfermedades venéreas. Se interesó especialmente en la “higiene social” y se involucró desde su profesión en campañas a favor de las mujeres.
Paulina creció en una familia liberal, comprometida con los problemas sociales y políticos de la época, que creía en una educación laica e igualitaria para sus hijos varones y mujeres. Es así que no resulta extraño que sus hermanas también hayan tenido papeles claves en esta historia que estamos reconstruyendo hoy. En 1908, el mismo año en que Paulina egresó de la Udelar, su hermana Clotilde Luisi fue la única mujer en el Congreso Internacional de Estudiantes celebrado en Montevideo. En este evento, propuso la creación de una Liga de Estudiantes Americanos con el objetivo de afianzar los vínculos creados en el encuentro y “trabajar por la solidaridad americana”; si bien sus ideas fueron bien recibidas, la discusión que le siguió a su presentación se centró más en su género que en sus ideas.
En 1911, Clotilde fue la primera mujer en recibir el título de Abogada de la Universidad de la República y en 1913 fue designada directora de una institución nacida el año anterior que se convirtió en un espacio clave para la inserción de las mujeres en el ámbito académico y en los estudios terciarios: la Sección de Enseñanza Secundaria y Preparatoria para Mujeres; conocida popularmente como la Universidad de Mujeres. En ese mismo año se integró a la institución María Eugenia Vaz Ferreira, que trabajó primero como Secretaria y después como Catedrática de Literatura. María Eugenia se dedicó 10 años a la docencia en esta institución, aunque sea una faceta poco conocida sobre su vida ya que se la recuerda principalmente por su trabajo como poeta. Presentó su primer poema a los 19 años, planteando el dilema significaba para una mujer querer ser poeta en una sociedad que no lo aceptaba. Sus obras rápidamente toman notoriedad y así se convierte “sin disputa en la primera poetisa de América y la más grande que ha tenido el país” (Antología de poetas uruguayos, Raúl Montero Bustamante. 1895).
Volviendo a la Universidad de Mujeres, unas de las primeras docentes trabajando allí fueron Juana Pereyra y Emilia Loedel. Las dos enseñaron matemática y física en los cursos preparatorios para carreras como ingeniería o arquitectura y también para los cursos de educación secundaria que se ofrecían en el mismo lugar.
Juana y Emilia compartieron -además de su trayectoria como docentes- el honor de ser las primeras ingenieras de nuestra Universidad de la República. Luego de enfrentar a sus familias conservadoras e insistir en continuar sus estudios universitarios, se recibieron juntas en el año 1920 obteniendo un reconocimiento especial por sus excelentes escolaridades. Su actividad profesional luego de su egreso también tuvo puntos en común; se integraron en la Dirección de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas y trabajaron en los cálculos de importantes obras civiles del Uruguay. Fuera de su trabajo, sabemos que Juana también dedicó parte de su tiempo a apoyar causas y movimiento por la emancipación civil y social de las mujeres, coincidiendo con Paulina Luisi en la comisión de trabajo del Consejo Nacional de Mujeres.
Mitad de Siglo con nuevas conquistas
Los movimientos feministas continuaban ganando fuerza y alcanzando nuevos logros. Luego del plebiscito de Cerro Chato en 1927 donde votó la primera mujer de Latinoamérica Rita Ribeira, pasaron 11 años hasta que se aprobó el voto femenino para las elecciones nacionales de 1938. En 1946 se dio un gran paso en el camino hacia la igualdad: se aprobó la ley de igualdad de derechos civiles, que se venía trabajando en el parlamento desde 1918. Después de largos años, finalmente el poder legislativo reconoció a las mujeres los mismos derechos y libertades con que contaban los varones. Si bien el impacto de este hecho estuvo lejos de saldar todas las diferencias entre mujeres y varones, significó sin dudas un gran avance.
Para ese entonces, la presencia de las mujeres en la Udelar crecía sostenidamente y ya encontraban espacios en la actividad académica y docente. En 1946 la ingeniera Isaura Posada ocupaba el cargo de Jefa de Repartición del Instituto de Máquinas de la Facultad de Ingeniería. La trayectoria de Isaura en la Udelar fue amplia, durante su tiempo en la institución se desempeñó también como Jefa de Repartición del Instituto de Ingeniería Mecánica, Asistente de Máquinas y profesora del Instituto de Ingeniería Mecánica.
La mayoría de estas primeras mujeres en la Udelar se desempeñaron en áreas académicas que hasta el día de hoy están fuertemente masculinizadas; un ejemplo claro es la carrera de ingeniería, que según estudios publicados por la Udelar cuenta con un 80% de estudiantes varones y un 75% de docentes varones. En el mismo estudio se evidencia que las mujeres se concentran más en carreras del área Salud y del área Social y Artística. En este segundo grupo se ubica la Licenciatura en Historia, que tuvo su primera egresada en 1957: Blanca París.
Después de recibir su título en la Udelar, Blanca continuó estudiando en varios países de la región, de América del Norte y también de Europa. Su impecable trayectoria y destacadas investigaciones le valieron reconocimientos de parte de instituciones como el Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social. Ejerció la docencia en la Udelar desde el 1960 hasta 1974, año en que fue destituida por las autoridades interventoras. Blanca continuó su trabajo en otros países durante el exilio y se reincorporó a la Udelar en su vuelta a Uruguay.
También en el área de las ciencias sociales se desempeñó Celia Barbato, una de las primeras egresadas de la Licenciatura en Economía y una de las primeras mujeres uruguayas que desarrolló una extensa y exitosa carrera como economista. Celia ingresó a la Universidad en 1954 siendo parte de la primera generación de estudiantes de un nuevo plan de estudios y se recibió en 1961. Su trayectoria estuvo ligada a la docencia pero principalmente a la investigación; a lo largo de su carrera se integró a organismos destacados como la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE) y el Instituto de Economía. Celia también fue destituida de sus cargos universitarios en 1973 luego del golpe de Estado y fue en ese momento que fundó el Centro de Investigaciones Económicas (CINVE), donde continuó su trabajo como investigadora por muchos años.
Volviendo al campo de la ingeniería, en 1968 Ida Holz ingresaba a la recientemente creada carrera de computación, luego de aprobar varios concursos y exámenes de admisión con altas notas. Ida fue así una de las primeras mujeres en esta carrera y su excelente rendimiento académico fue sucedido por una destacada carrera profesional, por la que recibió reconocimientos internacionales como ser la primera personalidad latinoamericana en el Salón de la Fama de la Internet Society, una iniciativa que honra a las personas que han sido importantes para el desarrollo y fortalecimiento de la red.
A medida que avanzamos en el tiempo, nos acercamos al golpe de Estado de 1973 y a la intervención de la Udelar. En estos años, muchas de las mujeres que nombramos hoy fueron expulsadas de la Udelar o tuvieron que exiliarse del país. Algunas continuaron sus estudios y carreras académicas en el exterior y otras decidieron volver cuando tuvieron la posibilidad. Entre estas últimas está por ejemplo la Ingeniera Química María Viñas, que fue requerida por el régimen de facto por su actividad política y tuvo que abandonar el país hasta 1985. Al volver la Udelar se dedicó a la docencia y tuvo una intensa y destacada actividad en investigación, especialmente en temas relacionados con el aporte de soluciones para el medio ambiente y el sector productivo nacional, generando más de 50 publicaciones científicas y dirigiendo más de 20 proyectos.
Fin del 1900 y actualidad
Mujeres como las que nombramos aquí conquistaron espacios de los que habían sido relegadas e hicieron que la educación universitaria fuera una posibilidad real para muchas otras. Hacia fines del Siglo XX la Udelar ya era más diversa e inclusiva, en parte gracias a ellas. Hoy las recordamos por haber comenzado a recorrer un camino que continuamos en el presente con el mismo objetivo: tener una universidad más igualitaria.
Las biografías de todas las mujeres destacadas en esta nota y más se pueden encontrar en Historias Universitarias. El sitio es colaborativo y se encuentra en constante crecimiento; para aportar información que pueda enriquecer estas biografías o escribir otras, contactanos a través de nuestro mail.
Esta es una republicación de una nota de 2021.