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Cuatro meses de zozobra y una colección de afiches

Elecciones Universitarias

A largo de este ciclo analizamos cómo la Universidad de la República continuó funcionando en los cuatro meses de zozobra que transcurrieron entre el golpe de Estado del 27 de junio de 1973 hasta su intervención en octubre. A pesar de la represión, el acoso policial, las detenciones y los asesinatos de estudiantes que marcaron ese tiempo, la Universidad buscó mantener sus actividades habituales. Sus autoridades realizaron ingentes esfuerzos para mostrar que aún en ese contexto crítico, “la Universidad sirve al país”. Así rezaba la serigrafía que realizó la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA)” para lanzar el ciclo de conferencias “El Uruguay de 1973: Aportes de la Universidad” que venimos analizando en estas publicaciones y pueden volver a ver en la galería.

En ese panorama por demás incierto se resolvió convocar a las elecciones previstas en setiembre para renovar autoridades tal como estaba previsto por la Ley de Educación General sancionada por el Parlamento en febrero. Se elegirían en esa oportunidad representantes de cada uno de los órdenes –egresados, docentes y estudiantes- a la Asamblea General del Claustro y las Asambleas de Claustro de las diez facultades. La novedad de estos comicios fue que por primera vez se realizarían bajo la supervisión de la Corte Electoral y el carácter obligatorio del voto. En medio de un régimen dictatorial que recién se instalaba, se producía una paradójica situación: mientras “se desconoce de facto la validez del voto, se genera una expectativa política en torno a una elección”, en palabras de Pablo Carlevaro, Decano de la Facultad de Medicina, en Marcha del 24 de agosto de 1973. 

Ciertamente, las elecciones universitarias generaron gran expectativa tanto en el ámbito universitario como en la escena pública. En agosto comenzaron los preparativos y se habilitó la presentación de listas ante la Corte Electoral. La Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay decidió por mayoría presentar un programa y lista únicos bajo el lema Libertad y Autonomía, compartido con los gremios de docentes y de egresados. Las distintas corrientes de izquierda se unieron a la FEUU. Los partidos tradicionales optaron por comparecer con listas propias que representaban al Movimiento Universitario Nacionalista (MUN), identificado con el sector “Por la Patria” de Wilson Ferreira Aldunate, entonces exiliado en Buenos Aires, y a la recién creada Agrupación Batllista Universitaria (ABU) vinculada a Jorge Batlle. Las tres listas coincidieron en su oposición al régimen. En general pareció predominar un sentimiento de que se estaba plebiscitando el apoyo a la dictadura.

La campaña electoral fue intensa. Durante esos mes los distintos lemas organizaron múltiples actividades como festivales y peñas musicales, difusión de materiales de propaganda electoral y campañas financieras. Pero la intensidad también estuvo pautada por la reacción de los grupos derechistas afines al régimen que reclamaban una acción más decisiva ante “la corrupción que impera en la Universidad”, rechazando de plano la convocatoria electoral. Asimismo, se intensificaron los episodios de violencia, tan habituales desde el período anterior, definiendo la tónica de esos días de incertidumbre. 

En ese marco, el Movimiento Democrático Universitario de larga actuación en ámbitos universitarios, la agrupación “Estudiantes Nacionales” y la Juventud Uruguaya de Pie acusaron a las listas de blancos y colorados por sus orientaciones “marxistas” o “marxistoides” y llamaron a votar en blanco. También el sector universitario del movimiento ultraconservador y católico, Tradición, Familia y Propiedad, en un extenso artículo de prensa titulado “Las elecciones universitarias: ni elecciones ni universitarias” indicó la ausencia de opciones “antiizquierdistas” y rechazó la vía electoral. Paralelamente a estos pronunciamientos militantes derechistas armados atacaban los locales universitarios y destruían la cartelería y la propaganda electoral. En esos días se produjo además el asesinato por torturas del estudiante de agronomía Hugo Leonardo de los Santos. Estos sucesos enturbiaron el proceso electoral y trataron de forzar, según denunciaban las autoridades de la Udelar, una intervención a la casa de estudios.

Pese a ello, finalmente el 12 de setiembre se realizaron las elecciones universitarias. Votaron cerca de 37.000 personas, un 95% de los inscriptos, correspondientes a 22.233 estudiantes, 1.013 docentes y 13.715 egresados. Las listas opositoras obtuvieron abrumadora mayoría: Libertad y Autonomía obtuvo un 63%, 79% y 42% y el MUN, 27%, 4,1% y 24% en los órdenes estudiantil, docente y egresados respectivamente. El voto en blanco apenas alcanzó un 2%. El resultado electoral significó para muchos un contundente triunfo de las fuerzas democráticas y, por ende, una derrota para el régimen. Pero también agravó las denuncias y los ataques de las derechas y el gobierno hacia la institución. Resultaba claro que esta situación contradecía los planes del gobierno de acallar la disidencia. La relativa apertura no iba a durar mucho tiempo. El 25 de octubre la Corte Electoral proclamó oficialmente a los candidatos electos que no llegaron a asumir sus cargos. Dos días más tarde, luego de que explotara una bomba que manipulaba un militante estudiantil de ingeniería, muerto en el acto, la Universidad fue intervenida.

Para conocer más sobre lo sucedido en este período, los invitamos nuevamente a consultar la documentación disponible en el AGU como los documentos producidos en Oficinas Centrales durante el período de la intervención, los expedientes de destitución de cientos de docentes y no docentes por motivos políticos de la Dirección General Jurídica y los tomos del convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo para reorganizar la institución a fines de los setenta. También se puede ahondar en las consecuencias de la represión en las vidas de tantos universitarios destacados cuya documentación está disponible en nuestros Archivos Privados, desde la prisión del decano de la Facultad de Ingeniería Julio Ricaldoni y el matemático José Luis Massera hasta el exilio del ex rector Óscar Maggiolo y los historiadores Lucía Sala, Blanca París, Juan Oddone, entre otros.

Sugerencias bibliográficas

Vania Markarian, “La Universidad intervenida: Cambios y permanencias de la educación superior uruguaya, 1973-1984”, Cuadernos Chilenos de Historia de la Educación 4 (2015). Disponible en http://historiadelaeducacion.cl/index.php/CCHE/article/view/58

Blanca París de Oddone, La Universidad de la República desde la crisis a la intervención, 1958-1973. Montevideo: Universidad de la República, 2010.

Álvaro Rico, La Universidad de la República desde el golpe de Estado a la intervención: Cronología de hechos, documentos y testimonios, junio a diciembre de 1973. Montevideo, Universidad de la República, 2003.