Instituto de Computación
Desde el AGU hemos transformado varios aspectos de nuestro funcionamiento durante los últimos meses para poder continuar con el trabajo sin asistir al edificio. Aprovechando las oportunidades que ofrece internet, nos hemos conectado con los usuarios y también entre nosotros. Sabemos que no somos el único equipo que ha estado trabajando de esta forma; muchos trabajadores y estudiantes se han volcado a las herramientas virtuales para poder continuar con las actividades.
Pero ¿cuáles han sido los avances que nos permiten estas posibilidades hoy en día? Es muy difícil señalar fechas de nacimiento precisas para procesos tan complejos. Si miramos desde la Udelar, podríamos irnos hasta los años sesenta, cuando se lanzó la iniciativa institucional de tener un centro de computación universitario. O recordar la llegada de la portentosa IBM 360 al quinto piso de la Facultad de Ingeniería, como hace la película producida por el Instituto de Cinematografía de la Universidad que publicaremos mañana.
En esta época se formó la Comisión de Tratamiento de la Información (CTI) y se fomentó la creación de institutos centrales de investigación en el marco del “Plan Maggiolo”. En el caso de la informática hay que destacar el papel de Rafael Laguardia, entonces director del Instituto de Matemática y Estadística de la Facultad de Ingeniería, y del científico argentino exiliado en Montevideo Manuel Sadosky, que tenía muchos vínculos con la comunidad científica uruguaya y era un pionero de la computación en su país.
Avanzando un poco en el tiempo, podemos ubicar el inicio de una revolución tecnológica en Uruguay en 1985, un momento en el que el único instituto universitario del sector público dedicado a la formación de profesionales en Informática era el INCO (Instituto de Computación) y se encontraba en condiciones críticas debido a los cambios que se habían impuesto durante la dictadura. Sin embargo, luego de una transformación, el INCO permitió que Uruguay ingresara a las redes internacionales de computadoras en 1988, al crear el nodo “InCouy” (el primer y único nodo uruguayo funcionando de forma regular hasta 1990) y que ha tenido un rol protagónico en el desarrollo del área a nivel nacional.
En la creación y el desarrollo de este Instituto tuvieron papeles claves algunos nombres que también podemos encontrar en la base de Historias Universitarias como Ida Holz: ingeniera, informática e investigadora que integró el grupo pionero del INCO a finales de los 60 e impulsó la construcción de la Red Académica Uruguaya (rau).
El INCO ha sido parte fundamental de la historia de la Facultad de Ingeniería. De este instituto dependen las carreras de Analista e Ingeniero en Computación y la Maestría y el Doctorado en Informática. Además, desde allí se asesoran empresas públicas y privadas y se impulsan proyectos de investigación científica internacionales, en colaboración con países como Argentina, Brasil, Canadá, Francia y Suecia.
Hoy en Historias Universitarias repasamos la historia del INCO: su creación y sus primeras etapas.