Fotograma a fotograma: el AGU presenta su nuevo escáner de películas 

Para que esta no sea otra de tantas noticias sobre nuevas tecnologías, vale detenerse a pensar para qué incorporamos esas novedades a nuestro trabajo archivístico. Hasta hace poco no había imagen más ajena a ese bombardeo tecnológico que la del archivo, que se nos dibujaba como un depósito sombrío que demandaba prácticas arcanas de escritura y lectura. ¿Cómo reconciliar ambas representaciones? Desde el AGU creemos que los archivos siguen siendo espacios privilegiados para la lectura lenta, la meditación de ideas y la producción parsimoniosa de conocimiento. Seguimos creyendo que las humanidades tienen allí uno de sus principales sustentos epistemológicos. Pero también aprendimos que esas prácticas se pueden llevar bien con las innovaciones técnicas y tenemos un equipo donde la interdisciplina está dedicada a asegurar ese diálogo fermental. Por eso, hoy tenemos la alegría de inaugurar un nuevo escáner de películas con la digitalización de un documento de gran interés para la historia de la educación y los movimientos estudiantiles en América Latina.
Empecemos por la novedad tecnológica. Hace mucho que sabemos lo costosos que son los equipos necesarios para escanear los frágiles materiales fotoquímicos del acervo. Somos conscientes también de la urgencia de la tarea y de su importancia para conocer esos registros del pasado. El desarrollo de un sistema de escaneo de bajo costo que combinara buenas prestaciones y facilidad de reproducción por parte de otros interesados se convirtió por tanto en una meta de nuestro Espacio de Digitalización Documental Universitaria (EDDU). Con esas ideas en mente, este escáner se construyó con elementos accesibles en el medio local y fácilmente reemplazables: una impresora térmica de tickets mueve la película, una fuente de luz led la ilumina, unas piezas impresas en 3D la guían, una cámara digital con lente macro captura cada cuadro y una computadora de mediana potencia maneja el sistema mediante un código en Python que utiliza la librería gphoto2 para controlar la cámara y opencv para el procesamiento de las imágenes. Se logra así una secuencia de cuadros digitales correspondientes a los cuadros fotoquímicos y luego se realiza un proceso de postproducción digital para obtener la película. El sistema aún está en fase de desarrollo. Actualmente funciona para películas de 16 mm y se encuentra en proceso de adaptación para formatos 35 mm y 8 mm. A la brevedad estará disponible bajo licencia de código abierto para uso público.

Pasemos ahora al registro elegido para inaugurar ese pequeño portento de migración de fotoquímico a digital. Coincidiendo con la Semana del Estudiante, la cinta seleccionada fue el registro del Seminario de Integración Económica y Social de América Latina, realizado en el paraninfo de la Universidad de la República del 15 al 22 de noviembre de 1965. El evento fue organizado por la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) y contó con el apoyo de la Udelar y de la Unión Internacional de Estudiantes (UIE), organización estudiantil del campo socialista de la Guerra Fría.

En el AGU se conservan varios rastros del seminario: un par de anuncios en el Boletín informativo de la Gaceta de la Universidad, una extensa cobertura en Gaceta Universitaria y un grueso volumen editado por la FEUU que contiene los discursos inaugurales, el reglamento de funcionamiento, las exposiciones y las resoluciones del encuentro. Aunque el episodio casi no aparece en los trabajos sobre la Universidad y los movimientos estudiantiles, estos documentos pintan un evento que encaja bien en la historiografía del período: muestran el giro de la FEUU tercerista hacia un alineamiento de campos más comprometido desde densas redes latinoamericanas y con una militancia revolucionaria cada vez más firme. Por ellos sabemos que, además de las más de veinte delegaciones latinoamericanas, viajaron a Uruguay representantes del Consejo Estudiantil de la Unión Soviética para discutir durante una semana sobre la actualidad política, social y económica de América Latina. En sus participaciones describieron un continente marcado por la dependencia dentro del sistema capitalista mundial, las consecuencias del imperialismo estadounidense y la inestabilidad política fruto de los recurrentes golpes de Estado. Luego de las exposiciones, la declaración conjunta de los asistentes remarcó la importancia de la revolución cubana y la necesidad de organizar la lucha por la “liberación nacional” para romper con las estructuras de la dependencia y propiciar la integración latinoamericana.

En el AGU se encontraba también una filmación del Instituto Cinematográfico de la Universidad de la República (ICUR) que no parece haberse terminado de editar ni exhibido en su momento. Recién ahora, gracias al nuevo escáner, podemos volver a mirar esas imágenes y descubrir elementos diferentes a los que emergen de los documentos en papel. En los breves minutos de registro es posible ver, por ejemplo, la llegada de algunas delegaciones al aeropuerto de Carrasco y su recibimiento protocolar en la pista por parte de jóvenes dirigentes estudiantiles uruguayos bien trajeados. Pensamos que los contemporáneos podrían ayudarnos a identificarlos y quizás reconstruir sus peripecias posteriores. Vemos también la sociabilidad más distendida de los delegados durante el seminario y fuera de éste. Se puede, por ejemplo, verificar la presencia de muchas más mujeres que las nombradas en los materiales recién mencionados; algunas parecen delegadas pero la mayoría son taquígrafas o hacen tareas de secretaría. Podemos asimismo constatar la diversidad de idiomas de las delegaciones y la disponibilidad de recursos para traducción a través de un sistema bastante sofisticado de interpretación simultánea instalado en el estrado. Miramos un poco más y nos llama la atención la cantidad de fumadores y el despliegue de ceniceros en el propio paraninfo. Aparece un mate, pronto a pasar de mano en mano.

El camarógrafo permanece anónimo pero sabemos que trabajaba para el ICUR, donde también revistaba Mario Handler,, que ese mismo año filmó El entierro de la Universidad, otra película que retrata a los estudiantes de la época, esta vez reclamando presupuesto. Allí también se reconoce el estilo inmersivo de la cámara, la temática militante y la atención a los detalles, todos indicios de una posible mirada entrenada más allá de cualquier limitación técnica.

De su mano asistimos, por último, al acto cultural que se ofreció en el patio de la Facultad de Arquitectura con espectáculos gauchescos y de candombe. ¿Por qué se eligieron esas marcas tradicionales para deleite de los jóvenes visitantes extranjeros? ¿Podemos conjeturar que las expresiones culturales juveniles de circulación global, especialmente el rock, todavía no habían conquistado al movimiento estudiantil uruguayo? ¿O que las autoridades universitarias no los dejaron decidir sobre la programación? Volvemos a mirar la película y se nos ocurren nuevas preguntas…

A veces, las imágenes en movimiento nos sugieren cosas que los papeles no logran transmitir o que no registran con la misma intensidad. Las tecnologías de digitalización nos permiten preservarlas y asegurar que nuevas generaciones puedan seguir buscando allí las claves de comprensión de un pasado que ojalá permanezca abierto a la curiosidad del futuro. No nos deslumbran las máquinas porque sean nuevas; nos alegran porque nos abren más posibilidades de pensar en lo que ocurrió y en cómo interpretarlo.