Un día como hoy hace 94 años se fundó la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU). Este hecho se dio luego de un largo proceso de activismo estudiantil y convergencia de diferentes organizaciones preocupadas por la reforma de la educación media y superior en nuestro país.
La vieja Federación de Estudiantes del Uruguay se había extinguido antes de que la nueva organización arrancara. El Congreso Internacional de Estudiantes Americanos, celebrado en Montevideo en 1908, era ya historia (ver la revista Evolución). El legado del movimiento reformista que explotó en Córdoba, Argentina, en 1918 tuvo, por su parte, gran impacto en el proceso fundacional de la FEUU, especialmente a través de su recepción en el Centro Ariel y la Asociación de Estudiantes de Medicina. A poco de esa fundación, los estudiantes organizados, principalmente los de la Facultad de Derecho, fueron esenciales en la resistencia a la instalación de la dictadura de Terra en 1933 y también en la sistematización de la agenda reformista de los años siguientes. Sin embargo, fue recién en 1958, con la nueva ley orgánica (todavía vigente), que los estudiantes lograron acceder, luego de un intenso ciclo de movilización, a la participación plena en el cogobierno universitario. La defensa del cogobierno, que estaba entre sus principios fundantes y atravesó su historia durante décadas, sigue siendo una de las banderas de los centros de estudiantes hoy en día.
En el AGU tenemos varios fondos documentales que testimonian esa trayectoria desde inicios del siglo XX hasta nuestros días. El fondo de la propia FEUU, que nos fue cedido en custodia en 2007, tiene documentación acopiada de modo no sistemático por varias generaciones de estudiantes. El grueso de lo remitido va desde la década de 1940 a la de 2010, con un fuerte énfasis en el período posterior a la transición de vuelta a la democracia en los años ochenta y noventa del siglo pasado y el arranque del XXI.
La colección Trayectorias Universitarias recopila documentos de más de treinta universitarios, muchos de ellos militantes estudiantiles en diversas épocas. Varios de nuestros archivos privados (desde Óscar Maggiolo a Mario Wschebor) también dan cuenta de la presencia estudiantil en la vida académica uruguaya a lo largo del siglo veinte. Y, por supuesto, las actas de los organismos de cogobierno (Consejo Directivo Central y Claustro General) contienen las propuestas y planteos de los representantes estudiantiles hasta nuestros días.
Recientemente, añadimos a esta colección el archivo privado de Celia Barbato. Entre los materiales que recibimos se puede seguir su vida, desde que era una niña descubriendo su vocación hasta su larga carrera profesional. Parte de su historia fue también como integrante de la FEUU y en sus documentos podemos ver registros de su pertenencia a la agrupación durante su periodo como estudiante en la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración.
Otra forma de explorar esta historia es a través de registros audiovisuales. En El entierro de la Universidad, una película de Mario Handler producida por el Instituto Cinematográfico de la Udelar en 1965, podemos observar algunas formas de movilización y protesta en esos años.
Si miramos estos documentos, podemos percibir cuánto han cambiado la participación estudiantil y el propio cogobierno y sus mecanismos desde aquel inicio pleno en 1958 en una universidad de menos de 10.000 estudiantes hasta hoy, con más de 130.000 y habiendo atravesado recientemente un periodo de pandemia, cuando el Consejo Directivo Central comenzó a reunirse de modo virtual.
A partir de estos archivos podemos reconstruir una porción de lo que es una extensa y rica historia del activismo estudiantil en Uruguay. De las primeras organizaciones mencionadas en este artículo apenas tenemos un puñado de publicaciones. Evolución, la revista de la Asociación de Estudiantes de Montevideo, es una buena ventana a esos pioneros que organizaron el Primer Congreso Internacional de Estudiantes Americanos en nuestra ciudad en 1908. De la Federación de Estudiantes del Uruguay (FEU) – que conocemos como la “FEU de la Cumparsita”- se conoce también la partitura y la carátula del famoso tango que Gerardo Matos Rodríguez compusiera en su sede, hoy conservada en el Museo y Centro de Documentación de la Asociación General de Autores del Uruguay (AGADU). A su vez, el renacimiento estudiantil marcado por el influjo de la revuelta de Córdoba en nuestro medio puede rastrearse en El Estudiante Libre y Ariel, respectivamente. Además de las colecciones en papel disponibles en diversas bibliotecas del país, hoy es posible consultar todas esas publicaciones en el repositorio digital de Anáforas.
Pero lo cierto es que ninguna de estas viejas asociaciones estudiantiles conservó un archivo institucional integral. Quien quiera reconstruir sus historias debe investigar en rastros documentales dispersos. Cuando desde el AGU debimos buscar documentación sobre algunos aniversarios importantes de nuestra casa de estudios que incluían a los estudiantes como actores principales, de los pocos lugares a los que pudimos recurrir fue la Unidad Polifuncional sobre Problemas Universitarios (UPPU), un servicio de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Udelar donde aún se alojan varias donaciones de personas que conservaban materiales relativos a la historia de la educación superior en el país, incluyendo el activismo estudiantil.
Esto nos llevó a emprender una campaña para captar donaciones, que fue propicia para concretar la donación de varias cajas de materiales recopilados por Generación 83, un grupo de ex militantes estudiantiles que protagonizó las movilizaciones de 1983, cuando hizo eclosión pública el movimiento de protesta que actuaba de modo más o menos clandestino en la universidad intervenida. Reunido en 2003 con la voluntad de compartir sus memorias, recolectar sus registros y marcar presencia pública, este colectivo logró acopiar un importante acervo, en el que se destacan colecciones completas de varias revistas estudiantiles de la época. Lo acercaron al AGU hace más de una década y desde ese momento quedó totalmente abierto a consulta pública.
Hemos buscado también otras formas de conocer la protesta estudiantil en Uruguay. Algunos resultados de esta línea de investigación se pueden conocer en el libro El río y las olas: Cuatro ciclos de protesta estudiantil en Uruguay, 1958, 1968, 1983 y 1996
publicado en 2021 en el marco del programa de Grupos de CSIC. Pueden leerlo en formato pdf y como epub de acceso libre (para solicitar el archivo, por favor escribir a agu.consulta@gmail.com). También hemos puesto a disposición de todos los interesados las fichas que realizó el equipo en base a la prensa relevada (Marcha y Búsqueda) para armar la base de datos que sustenta la mencionada publicación.
Desde el AGU mantenemos viva la intención de seguir investigando sobre las diferentes facetas del movimiento estudiantil uruguayo a lo largo de más de un siglo de existencia registrada. Por eso aprovechamos este aniversario de la FEUU para saludar a los militantes de todas las épocas y exhortarlos a hurgar en busca de los documentos que nos ayuden a seguir conociéndolos. Porque no está de más recordar que es prácticamente imposible escribir historias y recrear memorias si no trabajamos para que haya archivos abiertos a las preguntas de las futuras generaciones.